Un diente roto puede deberse a varios factores, como traumatismos, caries o morder objetos duros. Dependiendo de la gravedad y la ubicación de la grieta, las personas pueden experimentar diversos grados de dolor, sensibilidad o dificultad para masticar. Si no se trata, un diente agrietado puede empeorar con el tiempo y provocar más daños o infección de la pulpa dental. Además, un diente roto puede restar valor a la estética general de la sonrisa, provocando timidez y afectando los niveles de confianza.
Las carillas ofrecen una solución conservadora para reparar dientes fisurados y mejorar su apariencia. Al adherir carillas a la superficie frontal del diente afectado, los dentistas pueden ocultar eficazmente la grieta y restaurar su fuerza e integridad. Ya sea que opten por carillas de porcelana o composite, los pacientes pueden lograr un resultado perfecto y de apariencia natural que se integra perfectamente con los dientes circundantes. Con las carillas, las personas pueden recuperar la confianza en su sonrisa y prevenir complicaciones adicionales asociadas con un diente roto.
